Alrededor del 65 por ciento de las personas que sufren un trastorno de identidad de género -uno de cada 13.000 hombres y una de cada 15.000 mujeres- solicitan una intervención quirúrgica para completar su tratamiento de cambio de sexo.
La cirugía es el paso final después de un asesoramiento psicológico, legal y un tratamiento hormonal que dura como mínimo dos años, según pusieron hoy de manifiesto los expertos que participaron en la jornada 'Transexualidad: retos terapéuticos y sociales', celebrada en el Hospital regional Carlos Haya de Málaga.
En el acto se planteó el tratamiento interdisciplinar de los trastornos de identidad de género desde la experiencia de la única unidad de estas características en la sanidad pública.
De los doscientos primeros pacientes que acudieron a la unidad del hospital Carlos Haya, 125 eran hombres entre 15 y 61 años que se sentían mujeres, y 75 mujeres entre 18 y 45 años que se sentían hombres, explicó la psicóloga Trinidad Bergero.
El 10 por ciento de las personas que solicitaron tratamiento fueron excluidas por no cumplir los diagnósticos de transexualidad o presentar 'una comorbilidad psíquica que desaconsejaba su inclusión en el protocolo', indicó.
El cirujano plástico Francisco Giraldo señaló que las personas que padecen este trastorno comienzan a ser conscientes y a sufrirlo a partir de los cinco años, cuando 'encuentran los primeros conflictos, situaciones de sufrimiento personal y problemas de adaptación' como consecuencia de la disociación entre su aspecto externo y el sentimiento de pertenencia al sexo opuesto.
'A medida que el desarrollo y el crecimiento continúa, este sentimiento aumenta y lleva a quienes lo sufren y sus familiares a la inadaptación personal, familiar y social', según Giraldo.
La intervención quirúrgica genital de reasignación de sexo es 'el paso final de un largo proceso de diagnóstico referencial y de tratamiento médico multidisciplinar', sostuvo.
Existen un conjunto de técnicas quirúrgicas que hacen posible la modificación de las estructuras genitales externas y su adaptación a la identidad de género del paciente.
El cirujano plástico realiza las cirugías mamarias apropiadas a cada caso y las de reasignación genital, y en el caso de los pacientes transexuales de mujer a hombre, los ginecólogos se encargan de la extirpación de los genitales internos (útero, trompas, ovarios y vagina).
El sistema sanitario público de Andalucía es el único que realiza estas intervenciones de forma gratuita, alrededor de treinta al año, mientras que en Madrid Cataluña o Valencia se realizan de forma privada, por lo que no existe un registro oficial de operaciones, informó el hospital Carlos Haya en un comunicado.