jueves, 18 de mayo de 2006

Entre sexo y género


IVAN MAÑERO / ESTHER GOMEZ

Coger un avión para irte de vacaciones, pagar con tarjeta de crédito, buscar trabajo... son tareas cotidianas que pueden convertirse en algo más que un mal trago cuando tu físico y tu documentación no coinciden, cuando tu género y el sexo de tu DNI no son el mismo. Esto es lo que viven diariamente las personas transexuales.

La transexualidad o disforia de género es conocida desde muy antiguo y se ha dado, con mayor o menor aceptación, en todas las culturas de nuestro planeta. Por ello no debemos atribuir la transexualidad a un hecho cultural o social, sino a un aspecto de la estructura del ser humano. La disforia de género consiste básicamente en una insatisfacción continua y sostenida, en muchos casos desde la infancia, con los genitales y las características físicas del sexo de nacimiento y un deseo constante y manifiesto de cambiarlo y de ser aceptado social y legalmente como miembro del género escogido. La ausencia de armonía entre género y sexo provoca gran sufrimiento en la persona y es en este aspecto en el que intervienen psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos y cirujanos. Pero la sociedad debería tener también un papel muy importante a la hora de acoger a estas personas como ciudadanos de primera, de ayudar a su adaptación social, de no ponerles trabas a la hora de conseguir una identidad que necesitan para seguir viviendo de forma digna.

Hasta hoy, para que una persona a la que se le diagnostica una disforia de género pueda cambiar su nombre y sexo en la documentación oficial, era imprescindible someterse a una cirugía de reasignación sexual y después entablar una batalla legal con la administración.Pero no todos los transexuales pueden o quieren pasar por quirófano: la aceptación de su cuerpo de nacimiento, la falta de recursos económicos o problemas de salud impiden llegar al final del proceso.Además, antes de llegar a la cirugía, deben pasar por un largo proceso diagnóstico y de tratamiento en el cual deben vivir y comportarse como personas del género escogido, ¿cómo hacerlo cuándo físicamente eres una mujer y te comportas como tal, pero tu nombre sigue siendo masculino? O al revés. Por otra parte, mientras que la cirugía genital no esté sufragada por la sanidad pública, ¿cómo se puede exigir que para hacer el cambio de nombre y sexo sea obligatorio haber pasado por una intervención quirúrgica de genitales? La mayoría de pacientes, por desgracia, no pueden costearlo económicamente.

La transexualidad no es algo pasajero y las personas que la sufren tienen un deseo intenso de vivir como personas del otro género.Médicos y científicos han reconocido la eficacia y la necesidad de seguir unos estándares asistenciales en el tratamiento de cualquiera de las fases de la transexualidad. Los de mayor renombre y validez son los creados por el Harry Benjamin International Gender Disfhoria Association, Inc. De estos estándares se desprenden algunos requisitos que se exigen a los transexuales para abordar su cambio de género, como mantener contacto con un experto en salud mental para descartar cualquier otra alteración psicológica transitoria y que éste acredite un diagnóstico de transexualidad real; aceptar el rol de su género y abandono total del rol del sexo biológico durante un mínimo de un año de forma continuada y con normalidad (lo que implica asumir todas las actitudes sociales del género al que se desea pertenecer: ropa, nombre, actitud social...); someterse a un tratamiento hormonal, dirigido por un endocrinólogo, durante alrededor de un año antes de la intervención quirúrgica de cambio de sexo; y, en caso de llegar a la cirugía de reasignación sexual, estar en condiciones psicológicas estables para afrontar la intervención y su postoperatorio.

Harry Benjamin, endocrinólogo norteamericano especializado en disforia de género, sostenía en 1976: «Me gustaría recordar a todos un hecho muy importante y fundamental: la diferencia entre sexo y género. Sexo es aquello que se ve. Género es lo que se siente. La armonía entre ambos es esencial para la felicidad humana».

Dr. Iván Mañero Vázquez es cirujano plástico estético y reparador de la
Unidad de Género de Clínica Mediterrània.

Dra. Esther Gómez Gil es especialista senior en Psiquiatría del Hospital Clínic
(Barcelona).
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Entre sexo y género

martes, 16 de mayo de 2006

Historia de tres semanas


Texto extraído íntegramente de la sección "El comentario de la semana" (escrito por Kim Pérez), de la web www.carlaantonelli.com
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En los años cuarenta, Gandhi combatió por la dignidad de la India con sus huelgas de hambre.

La huelga de hambre es un arma muy fuerte. Es un arma muy especial, con la que no se toca la piel de nadie y quien pone los sufrimientos, o incluso las víctimas, es quien mantiene la iniciativa. Pero como todas las armas, hay que manejarla con mucho cuidado, no siempre es útil, y puede resultar muy peligrosa para quien la usa.

En el caso de Gandhi, fue efectiva porque tenía enfrente a los ingleses, con su cultura liberal, democrática y humanitaria. Quería hacer saber algo que podían comprender perfectamente, una cuestión de dignidad. Si se hubiera enfrentado con otros poderes de la época, él en persona habría sido volatilizado y los indios masacrados y fin de la historia.

Pero no hay que salvar ninguna distancia para hablar de lo nuestro. Porque para los y las transexuales también ha sido una cuestión de dignidad, hasta el punto de habernos visto en la necesidad de anunciar una huelga de hambre. Seremos muy pocos, mientras que los habitantes de la India eran millones. Pero en estas cuestiones, una sola persona es mucho.

También en nuestro caso, éste era el momento y no otro. Porque teníamos enfrente a un partido con un sentimiento solidario de izquierda que había demostrado ya su compromiso con los homosexuales y nuestra protesta no era por negarse a reconocer nuestros derechos humanos, sino por retrasarse en hacerlo.

Lo mismo que el pulso entre Gandhi e Inglaterra se resolvió con honor para las dos partes, una por su valentía e inteligencia, y la otra por su humanidad, el nuestro también podría resolverse con honor para todos.

Cuando pienso en estas semanas, tengo la impresión de las piezas de un puzzle que se mueven solas y que van desajustándose y luego ajustándose solas, de una manera misteriosa.

Todo empezó con una afirmación hecha en un Programa Electoral; todos lo sabemos; pero luego vino la cuestión de las fechas, como todos sabemos también y no voy a repetir.

La última fecha señalada era el 31 de marzo de 2005. Pasó. Voy a decir sólo que pasó. Y los y las transexuales tuvimos la sensación de ser de nuevo los últimos de la fila, o "los últimos monos de la compañía", como se dice en mi casa.

Se fue formando poco a poco un revuelo en nuestro ambiente. De las primeras manifestaciones o declaraciones públicas que recuerdo, las de la página de la Fundación de Identidad de Género. Luego, la dimisión de Rebeca Rullán de la FELGT, las cartas personales de Juana Ramos, sobre todas estas cuestiones. Los ruidos habían comenzado a convertirse en gestos decididos, con toda la razón. Se estaba olvidando de hecho la dignidad de los y las transexuales, se nos consideraba quizás poca cosa, cuatro gatos, cuatro locas, que debíamos esperar turno pacientemente mientras salían leyes mucho más potentes, la de Esto, la de lo Otro.

Por ser muchos, los gays y lesbianas fueron atendidos escrupulosamente de octubre del 4 a junio del 5, en nueve meses. Nosotros, los parientes pobres, dos años después no habíamos sido atendidos y se decía alegremente que estuviéramos tranquilos, y que esperásemos, para empezar, ¡otros seis meses más!

Daba casi risa, y estamos acostumbrados a reír por no llorar, pero era evidentemente cuestión de respeto, o de dignidad, o de tomarnos en serio, como se prefiera, y de que no se nos marginase como otros nos marginan en la calle, en las clases o en el trabajo.

Todo eso era la fase de desajuste. Las piezas del puzzle salían volando, ellas solas, y se estampaban contra las paredes, en una especie de poltergeist que tenía a muchos estupefactos.

En ese momento, Carla Antonelli, que es la Coordinadora del Área Trans del PSOE, tomó su decisión, que dejó estupefactos a muchos más. Se planteó los deberes hacia su partido y los deberes hacia la gente suya y decidió que no podía permitirse no mirar a una transexual a la cara.

Dicho sea de paso, al hacer ese análisis, le prestó también a su partido el mejor servicio que podía prestarle: hacer ver que en él hay personas tan de bien como ella.

Pero de momento, el alboroto mediático se creó, porque en nuestra democracia no es frecuente que alguien plantee su fidelidad a la línea de su partido, su afinidad fundamental, y a la vez su disidencia en algo que afecta precisamente a los suyos, a los que como persona y como coordinadora se debe muy especialmente. "Quiero poder mirar de frente a cualquier trans".

Era preciso conseguir que se nos oyera y tengo que decir que supimos organizarnos perfectamente, como si fuéramos profesionales de los medios. Supimos medir los tiempos y dosificar las informaciones, para usar con eficacia esa arma terrible y letal que habíamos cogido en nuestras manos, esa arma de información, la huelga de hambre.

Sabemos que las y los trans somos pocos, que tenemos poca fuerza, pero sabemos también que nuestro único poder es la atención mediática. Y ahora la necesitábamos para hacer saber hasta qué punto estábamos humillados y hasta qué punto queríamos llegar para conseguir el respeto de todos: la huelga de hambre con todas sus consecuencias.

No improvisada, no manejando el arma como un niño chico un pistolón, sino coordinadamente, seriamente, de acuerdo a la gravedad del momento.

Nos sentíamos muy en serio, y muy asustadas. Yuyu, decía un amigo. Las huelgas de hambre se puede saber cómo empiezan, pero no como acaban.

La propuesta fría y serena había sido de Carla. Dejamos que el mundo se enterase bien, durante una semana. Digo el mundo, porque comenzamos a pedir apoyo a organizaciones gays y lésbicas de España y de otros países. Jorge Puchol, mi amigo gay, comenzó a hacer un mailing desde Valencia. Pedíamos cartas al Ministerio de Justicia y a El País. No contestaron todos, pero contestaron algunos, cuyo listado les honra, y entre los cuales, por sus múltiples esfuerzos, quiero mencionar a Rubén López Díaz. Hicimos contacto con organizaciones y personas transexuales tan notables como Belissa Andía, Secretaria de la sección trans de la ILGA, Christine Burns y Stephen Whittle, de Press For Change, la organización que consiguió la ley británica, o con la notabilísima activista Lynn Conway, de USA, o con Jo, del European TransGender Network, o con Marlene Riwkeh Meges, del GAT de Paris y Karine Solène Espineira, de Sans Contrefaçon, de Marsella, que hicieron traducciones fundamentalísimas, o Hazel Gloria Davenport, de Humana, de México, o Mirella Izzo, de Crisalide Azione Trans, de Italia.

Nos contestaron también Trans-Info Echanges, de Lyon, Transgender Equality Network de Irlanda, el Genderstichting de Bélgica y, con mucho sentimiento, la Cadena de Radio Transexual y Gay de Argentina, las organizaciones, quince, de la Red Trans del Perú, muchas organizaciones de México y muchas de Chile, incluyendo nueve organizaciones de travestis, nombre combativo y descarado con el que me siento muy identificada personalmente.

Fueron tantas, de tantas ciudades de América Latina, que me permitirán que de momento no las nombre, porque son de las nuestras y de los nuestros, gente con quien siempre vamos a andar juntas.

Nos decían, "¿Qué hacemos?". "Esperemos", pensábamos. Mientras, Press For Change y Lynn Conway nos publicaban un diario de la preparación de la huelga.

La semana siguiente, nos incorporamos al anuncio de la huelga de hambre Gina Serra, Andrea Muñiz y yo. Tres presidentas (chairwomen, decíamos en los diarios para los anglosajones) de tres organizaciones, una del Norte, otra del Este y otra del Sur, que junto con Carla en el centro, santiguábamos el mapa de España. Ni hecho a propósito. Las piezas del puzzle volvían a encajarse, solas.

Gina Serra había organizado una campaña de recogida de firmas, en la que personas particulares, trans y no trans, dejaron la suya y su sentimiento, que guardaremos en nuestra memoria y nuestro corazón sabiendo que se pusieron a nuestro lado en un momento decisivo.

Empezaron otras adhesiones a la huelga de hambre. Nuestra compañera Tatiana Sánchez Mansilla, tan querida para mi, fue la primera; enseguida, Antonia Leiva anunció que si podía, se sumaría, y luego las personas transexuales que usan los nicks de "Palomita", "Nicolás" y "Alberto", y alguien más que empezó a interesarse, desde Barcelona.

Tuvo repercusión pública, y en lo negro de la noche pensé en ellos, que se ofrecieron muy en serio a pasar por lo mismo que nosotras tuviéramos que pasar, el sacerdote gay José Mantero, expulsado por la iglesia que dice ser de Cristo, que ha conseguido, literalmente, miles de adhesiones desde iglesias cristianas de base de toda Europa, y el político también gay Jaume d'Urgell, que llegó a estar con nosotras, esperando las noticias, muy serio y preocupado. Era muy de agradecer que fueran gays y fueran absolutamente solidarios, y que arriesgaran también su salud o su vida por los y las trans.

El diputado por Los Verdes, Francisco Garrido, mostró desde los primeros momentos su adhesión a la causa, así como Esquerra Republicana de Catalunya, el político gay de derechas Carlos Alberto Biendicho, el periodista Emilio de Benito, el antropólogo José Antonio Nieto, el escritor Javier Montilla, la endocrinóloga Isabel Esteva, de la Unidad de Málaga, la periodista Ruth Toledano... Escribí al Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, siempre a nuestro lado, para pedirle que estuviera preparado para intervenir si era necesario. Andrea Muñiz escribió en el mismo sentido al Ararteko vasco, el activista gay Íñigo Lamarca. Tanto Gina Serra como ella empezaron una febril serie de contactos, y tuvieron una presencia continua en los medios de comunicación catalanes o vascos, respectivamente.

Al mismo tiempo, en torno a la iniciativa de Carla, el movimiento trans comenzaba a unirse y en cierto sentido, a existir por primera vez. Se planteaba ya algo muy grande: el movimiento transexual unido, con iniciativa propia, con voz propia. Un movimiento transexual hasta ahora fragmentario y disperso, pero que encontraba en la fragmentación su propia fuerza, la espontaneidad, la sinceridad, la insobornabilidad.

En él todos nos conocemos, porque somos muy poca gente, pero pocas veces hemos encontrado causas comunes para las que unirnos. Ahora la teníamos, la causa de nuestra dignidad, del respeto que esperamos, igual que cualesquiera otras personas.

El movimiento transexual comenzó a unirse, en forma autónoma, para cada organización, pero solidaria plenamente y espontáneamente, sin necesidad de muchas palabras ni de muchas formalidades. Carla lo bautizó Stonewall 2; Stonewall, todos lo saben, había sido una iniciativa trans, una gloria trans, que mostraba de lo que somos capaces; ahora, de nuevo, teníamos que demostrarlo, y como entonces, no para hacerle mal a nadie, sino bien a nosotros mismos.

En nuestras casas, ordenadores y teléfonos, el fijo a un lado, el móvil al otro, echaban humo más de doce horas al día. El arma de la huelga de hambre, puesto que es de información, es de comunicación. Nos mantuvimos comunicados, nos enviamos mensajes de móvil o de ordenador, las cuentas de teléfonos nos van a arruinar de por vida, pero el movimiento transexual fue formándose, en gran parte solo, por la fuerza de la razón y de los sentimientos. Hubo quien se quedó al margen: no voy a dejar de respetar a esas organizaciones, que hicieron sin duda lo que creyeron que debían.

El momento más hermoso fue cuando nos reunimos en la sede de Transexualia todas las organizaciones que habíamos decidido acudir a la cita con Pedro Zerolo, no sin dudas previas, que fueron resolviéndose. Estuvimos reunidas dos horas y media. Comimos algo, sandwiches y cosas así, porque queríamos que nuestras mentes estuvieran ligeras y despiertas, y hasta un puntito de peleonas, en vez de captadas por el sopor de una buena digestión. Sabíamos que íbamos en serio, y que era una ocasión histórica única, de las que pasan una vez a tu lado y no vuelven a pasar. Sabíamos también que teníamos que mantener un apoyo sin fisuras, no era preciso casi hablarlo.

Hablamos todas las organizaciones, en orden perfecto, con tranquilidad y con convencimiento. Una compañera latina pidió que, en la futura ley, no nos olvidáramos de las trans inmigrantes, víctimas de la exclusión social en sus países y aquí. Es decir, que daba por hecho que habría ley. Con toda la inquietud que fuera, ésa era nuestra voluntad. Carla Represa manifestó, como representante, la postura de sus organizaciones representadas, y luego, a título personal, su voluntad de unirse a la huelga.

A mi lado, una amiga cuyo nombre no voy a decir, me dijo sinceramente: "Estoy emocionada"

El día antes, el viernes, habíamos recibido el apretón de manos virtual del Cardenal de Sevilla, lo que quitaba cualquier argumento del miedo a los carcas. Este pronunciamiento transcendental se debió a una gestión de Andrés de la Portilla, que colaboraba con nosotras desde el principio en muchas otras cosas (pero no hasta el final) Es verdad que, veinticuatro horas después, el Cardenal, sufriendo presiones del resto de la Conferencia Episcopal, tuvo que decir "donde dije digo, digo... digo", porque se afianzó en lo mismo, de lo que sabe perfectamente por sus estudios como psicólogo. Pero esto significaba que comenzábamos a no estar solos, a contar con apoyos en las partes más dispares y hasta inesperadas de la sociedad. Nuestro esfuerzo mediático comenzaba a dar frutos y otra pieza venía a ajustarse con las demás.

Terminamos la anterreunión, y nos fuimos con calma para la calle Ferraz. Un momento después, estábamos con Pedro Zerolo y otros miembros de su secretaría y del grupo GLBT del que forma parte Carla. Allí estaban Miguel Ángel Fernández, Mariano Moreno, María José Hernández y la diputada Carmen Montón. También estaban Boti García y Beatriz Gimeno, de la FELGT y Carla, pero entre nosotros, en las filas de las organizaciones asistentes, no en la presidencia, como le correspondía.

Nos saludamos uno tras otro, ceremonialmente, nos besamos, y empezó la reunión. Pedro empezó a hablar tranquilamente, muy pausadamente, con su melodioso acento canario, aunque demasiado políticamente correcto (todo "as" y todo "os")

No nos cansó. Expuso, primero, los logros de su Secretaría en favor de los transexuales que, verdaderamente, ya van siendo algunos. Luego, explicó las líneas generales de la ley, y ahí comprendimos que eran necesarias más explicaciones sobre la Ley que pretendemos. Luego, nos dijo que habría un anuncio "inminente" de la ley, para antes del 30 de junio de 2006 y presentada con garantías políticas.

Pedro Zerolo quería que hubiese acuerdo, pero sabíamos que era necesario todavía aclarar mucho y poner en claro en primer lugar lo que queríamos aclarar. Pensé que era muy preciso pedir un tiempo muerto, como en los partidos de baloncesto, para hablarlo entre nosotros y las caras hicieron evidente que compartían ese pensamiento. Pedro, cortésmente, accedió a salir junto con los integrantes de su Secretaría y nos dejó solos.

Pusimos a Josefina Pérez como moderadora y lo hablamos. Volvimos a hablarlo tranquilamente, aunque preocupados, pero con perfecto orden, tal era nuestro acuerdo de fondo, la verdadera fuerza que llevábamos a la reunión. Hicimos hasta tres rondas de intervenciones. Al final de las tres, presentamos nuestras posiciones casi unánimemente, salvo alguna abstención, es decir: no hubo ni un voto en contra. Esa era, materializada. la fortaleza del movimiento trans.

Pedro Zerolo recogió nuestras posiciones. Se había ofrecido a gestionarlas, desde ahora, personalmente. Tampoco nosotros queríamos intermediarios. Nos ofrecimos a hacerle llegar nuestras posiciones, el miércoles a las nueve de la mañana. El viernes habría una reunión, en la que Rebeca Rullán sería nuestra portavoz, con quien quisiera acudir con ella, para comenzar a negociar con Pedro el contenido de la ley inminente. Yo (empezaré con el burro por delante, para que quede claro que fue decisión mía y nadie tuvo que empujarme) y Carla, anunciamos que no renunciábamos a la huelga hasta ver todo eso encarrilado.

Era cuestión de esperar a esta semana. El miércoles 10, en las Cortes Generales, todo entre maderas preciosas que reflejaban las luces y adornos dorados que brillaban todavía más, la diputada Carmen Montón, del PSOE, hizo una pregunta al Ministro de Justicia, que respondió diciendo, básicamente, que: reasignación legal sin cirugía; que sería un procedimiento administrativo; y que antes del 30 de junio. Luego la diputada Rosa María Bonás, de ERC, subió a la tribuna de oradores para hacer una solemne interpelación; habló con preparación y con serena emoción, y preguntó sobre todo por la sanidad. El ministro contestó exponiendo la situación en las diversas autonomías en que la prestación está en curso (Andalucía y Extremadura) o en estudio (Aragón, Asturias, Cataluña), lo que sugería que lo dejaba a la responsabilidad autonómica, pero se reafirmó en los puntos de la futura Ley de Identidad de Género.

De todo quedó constancia nada menos que en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados.

Yo lo estuve viendo por el Canal Parlamentario, todo el tiempo de pie, en señal de respeto a todos los que estaban reconociendo nuestra dignidad y también el respeto hacia los y las transexuales.

A continuación, desistimos de la huelga

Historia de tres semanas

Texto extraído íntegramente de la sección "El comentario de la semana" (escrito por Kim Pérez), del Diario Digital Transexual de Carla Antonelli
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En los años cuarenta, Gandhi combatió por la dignidad de la India con sus huelgas de hambre.

La huelga de hambre es un arma muy fuerte. Es un arma muy especial, con la que no se toca la piel de nadie y quien pone los sufrimientos, o incluso las víctimas, es quien mantiene la iniciativa. Pero como todas las armas, hay que manejarla con mucho cuidado, no siempre es útil, y puede resultar muy peligrosa para quien la usa.

En el caso de Gandhi, fue efectiva porque tenía enfrente a los ingleses, con su cultura liberal, democrática y humanitaria. Quería hacer saber algo que podían comprender perfectamente, una cuestión de dignidad. Si se hubiera enfrentado con otros poderes de la época, él en persona habría sido volatilizado y los indios masacrados y fin de la historia.

Pero no hay que salvar ninguna distancia para hablar de lo nuestro. Porque para los y las transexuales también ha sido una cuestión de dignidad, hasta el punto de habernos visto en la necesidad de anunciar una huelga de hambre. Seremos muy pocos, mientras que los habitantes de la India eran millones. Pero en estas cuestiones, una sola persona es mucho.

También en nuestro caso, éste era el momento y no otro. Porque teníamos enfrente a un partido con un sentimiento solidario de izquierda que había demostrado ya su compromiso con los homosexuales y nuestra protesta no era por negarse a reconocer nuestros derechos humanos, sino por retrasarse en hacerlo.

Lo mismo que el pulso entre Gandhi e Inglaterra se resolvió con honor para las dos partes, una por su valentía e inteligencia, y la otra por su humanidad, el nuestro también podría resolverse con honor para todos.

Cuando pienso en estas semanas, tengo la impresión de las piezas de un puzzle que se mueven solas y que van desajustándose y luego ajustándose solas, de una manera misteriosa.

Todo empezó con una afirmación hecha en un Programa Electoral; todos lo sabemos; pero luego vino la cuestión de las fechas, como todos sabemos también y no voy a repetir.

La última fecha señalada era el 31 de marzo de 2005. Pasó. Voy a decir sólo que pasó. Y los y las transexuales tuvimos la sensación de ser de nuevo los últimos de la fila, o "los últimos monos de la compañía", como se dice en mi casa.

Se fue formando poco a poco un revuelo en nuestro ambiente. De las primeras manifestaciones o declaraciones públicas que recuerdo, las de la página de la Fundación de Identidad de Género. Luego, la dimisión de Rebeca Rullán de la FELGT, las cartas personales de Juana Ramos, sobre todas estas cuestiones. Los ruidos habían comenzado a convertirse en gestos decididos, con toda la razón. Se estaba olvidando de hecho la dignidad de los y las transexuales, se nos consideraba quizás poca cosa, cuatro gatos, cuatro locas, que debíamos esperar turno pacientemente mientras salían leyes mucho más potentes, la de Esto, la de lo Otro.

Por ser muchos, los gays y lesbianas fueron atendidos escrupulosamente de octubre del 4 a junio del 5, en nueve meses. Nosotros, los parientes pobres, dos años después no habíamos sido atendidos y se decía alegremente que estuviéramos tranquilos, y que esperásemos, para empezar, ¡otros seis meses más!

Daba casi risa, y estamos acostumbrados a reír por no llorar, pero era evidentemente cuestión de respeto, o de dignidad, o de tomarnos en serio, como se prefiera, y de que no se nos marginase como otros nos marginan en la calle, en las clases o en el trabajo.

Todo eso era la fase de desajuste. Las piezas del puzzle salían volando, ellas solas, y se estampaban contra las paredes, en una especie de poltergeist que tenía a muchos estupefactos.

En ese momento, Carla Antonelli, que es la Coordinadora del Área Trans del PSOE, tomó su decisión, que dejó estupefactos a muchos más. Se planteó los deberes hacia su partido y los deberes hacia la gente suya y decidió que no podía permitirse no mirar a una transexual a la cara.

Dicho sea de paso, al hacer ese análisis, le prestó también a su partido el mejor servicio que podía prestarle: hacer ver que en él hay personas tan de bien como ella.

Pero de momento, el alboroto mediático se creó, porque en nuestra democracia no es frecuente que alguien plantee su fidelidad a la línea de su partido, su afinidad fundamental, y a la vez su disidencia en algo que afecta precisamente a los suyos, a los que como persona y como coordinadora se debe muy especialmente. "Quiero poder mirar de frente a cualquier trans".

Era preciso conseguir que se nos oyera y tengo que decir que supimos organizarnos perfectamente, como si fuéramos profesionales de los medios. Supimos medir los tiempos y dosificar las informaciones, para usar con eficacia esa arma terrible y letal que habíamos cogido en nuestras manos, esa arma de información, la huelga de hambre.

Sabemos que las y los trans somos pocos, que tenemos poca fuerza, pero sabemos también que nuestro único poder es la atención mediática. Y ahora la necesitábamos para hacer saber hasta qué punto estábamos humillados y hasta qué punto queríamos llegar para conseguir el respeto de todos: la huelga de hambre con todas sus consecuencias.

No improvisada, no manejando el arma como un niño chico un pistolón, sino coordinadamente, seriamente, de acuerdo a la gravedad del momento.

Nos sentíamos muy en serio, y muy asustadas. Yuyu, decía un amigo. Las huelgas de hambre se puede saber cómo empiezan, pero no como acaban.

La propuesta fría y serena había sido de Carla. Dejamos que el mundo se enterase bien, durante una semana. Digo el mundo, porque comenzamos a pedir apoyo a organizaciones gays y lésbicas de España y de otros países. Jorge Puchol, mi amigo gay, comenzó a hacer un mailing desde Valencia. Pedíamos cartas al Ministerio de Justicia y a El País. No contestaron todos, pero contestaron algunos, cuyo listado les honra, y entre los cuales, por sus múltiples esfuerzos, quiero mencionar a Rubén López Díaz. Hicimos contacto con organizaciones y personas transexuales tan notables como Belissa Andía, Secretaria de la sección trans de la ILGA, Christine Burns y Stephen Whittle, de Press For Change, la organización que consiguió la ley británica, o con la notabilísima activista Lynn Conway, de USA, o con Jo, del European TransGender Network, o con Marlene Riwkeh Meges, del GAT de Paris y Karine Solène Espineira, de Sans Contrefaçon, de Marsella, que hicieron traducciones fundamentalísimas, o Hazel Gloria Davenport, de Humana, de México, o Mirella Izzo, de Crisalide Azione Trans, de Italia.

Nos contestaron también Trans-Info Echanges, de Lyon, Transgender Equality Network de Irlanda, el Genderstichting de Bélgica y, con mucho sentimiento, la Cadena de Radio Transexual y Gay de Argentina, las organizaciones, quince, de la Red Trans del Perú, muchas organizaciones de México y muchas de Chile, incluyendo nueve organizaciones de travestis, nombre combativo y descarado con el que me siento muy identificada personalmente.

Fueron tantas, de tantas ciudades de América Latina, que me permitirán que de momento no las nombre, porque son de las nuestras y de los nuestros, gente con quien siempre vamos a andar juntas.

Nos decían, "¿Qué hacemos?". "Esperemos", pensábamos. Mientras, Press For Change y Lynn Conway nos publicaban un diario de la preparación de la huelga.

La semana siguiente, nos incorporamos al anuncio de la huelga de hambre Gina Serra, Andrea Muñiz y yo. Tres presidentas (chairwomen, decíamos en los diarios para los anglosajones) de tres organizaciones, una del Norte, otra del Este y otra del Sur, que junto con Carla en el centro, santiguábamos el mapa de España. Ni hecho a propósito. Las piezas del puzzle volvían a encajarse, solas.

Gina Serra había organizado una campaña de recogida de firmas, en la que personas particulares, trans y no trans, dejaron la suya y su sentimiento, que guardaremos en nuestra memoria y nuestro corazón sabiendo que se pusieron a nuestro lado en un momento decisivo.

Empezaron otras adhesiones a la huelga de hambre. Nuestra compañera Tatiana Sánchez Mansilla, tan querida para mi, fue la primera; enseguida, Antonia Leiva anunció que si podía, se sumaría, y luego las personas transexuales que usan los nicks de "Palomita", "Nicolás" y "Alberto", y alguien más que empezó a interesarse, desde Barcelona.

Tuvo repercusión pública, y en lo negro de la noche pensé en ellos, que se ofrecieron muy en serio a pasar por lo mismo que nosotras tuviéramos que pasar, el sacerdote gay José Mantero, expulsado por la iglesia que dice ser de Cristo, que ha conseguido, literalmente, miles de adhesiones desde iglesias cristianas de base de toda Europa, y el político también gay Jaume d'Urgell, que llegó a estar con nosotras, esperando las noticias, muy serio y preocupado. Era muy de agradecer que fueran gays y fueran absolutamente solidarios, y que arriesgaran también su salud o su vida por los y las trans.

El diputado por Los Verdes, Francisco Garrido, mostró desde los primeros momentos su adhesión a la causa, así como Esquerra Republicana de Catalunya, el político gay de derechas Carlos Alberto Biendicho, el periodista Emilio de Benito, el antropólogo José Antonio Nieto, el escritor Javier Montilla, la endocrinóloga Isabel Esteva, de la Unidad de Málaga, la periodista Ruth Toledano... Escribí al Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, siempre a nuestro lado, para pedirle que estuviera preparado para intervenir si era necesario. Andrea Muñiz escribió en el mismo sentido al Ararteko vasco, el activista gay Íñigo Lamarca. Tanto Gina Serra como ella empezaron una febril serie de contactos, y tuvieron una presencia continua en los medios de comunicación catalanes o vascos, respectivamente.

Al mismo tiempo, en torno a la iniciativa de Carla, el movimiento trans comenzaba a unirse y en cierto sentido, a existir por primera vez. Se planteaba ya algo muy grande: el movimiento transexual unido, con iniciativa propia, con voz propia. Un movimiento transexual hasta ahora fragmentario y disperso, pero que encontraba en la fragmentación su propia fuerza, la espontaneidad, la sinceridad, la insobornabilidad.

En él todos nos conocemos, porque somos muy poca gente, pero pocas veces hemos encontrado causas comunes para las que unirnos. Ahora la teníamos, la causa de nuestra dignidad, del respeto que esperamos, igual que cualesquiera otras personas.

El movimiento transexual comenzó a unirse, en forma autónoma, para cada organización, pero solidaria plenamente y espontáneamente, sin necesidad de muchas palabras ni de muchas formalidades. Carla lo bautizó Stonewall 2; Stonewall, todos lo saben, había sido una iniciativa trans, una gloria trans, que mostraba de lo que somos capaces; ahora, de nuevo, teníamos que demostrarlo, y como entonces, no para hacerle mal a nadie, sino bien a nosotros mismos.

En nuestras casas, ordenadores y teléfonos, el fijo a un lado, el móvil al otro, echaban humo más de doce horas al día. El arma de la huelga de hambre, puesto que es de información, es de comunicación. Nos mantuvimos comunicados, nos enviamos mensajes de móvil o de ordenador, las cuentas de teléfonos nos van a arruinar de por vida, pero el movimiento transexual fue formándose, en gran parte solo, por la fuerza de la razón y de los sentimientos. Hubo quien se quedó al margen: no voy a dejar de respetar a esas organizaciones, que hicieron sin duda lo que creyeron que debían.

El momento más hermoso fue cuando nos reunimos en la sede de Transexualia todas las organizaciones que habíamos decidido acudir a la cita con Pedro Zerolo, no sin dudas previas, que fueron resolviéndose. Estuvimos reunidas dos horas y media. Comimos algo, sandwiches y cosas así, porque queríamos que nuestras mentes estuvieran ligeras y despiertas, y hasta un puntito de peleonas, en vez de captadas por el sopor de una buena digestión. Sabíamos que íbamos en serio, y que era una ocasión histórica única, de las que pasan una vez a tu lado y no vuelven a pasar. Sabíamos también que teníamos que mantener un apoyo sin fisuras, no era preciso casi hablarlo.

Hablamos todas las organizaciones, en orden perfecto, con tranquilidad y con convencimiento. Una compañera latina pidió que, en la futura ley, no nos olvidáramos de las trans inmigrantes, víctimas de la exclusión social en sus países y aquí. Es decir, que daba por hecho que habría ley. Con toda la inquietud que fuera, ésa era nuestra voluntad. Carla Represa manifestó, como representante, la postura de sus organizaciones representadas, y luego, a título personal, su voluntad de unirse a la huelga.

A mi lado, una amiga cuyo nombre no voy a decir, me dijo sinceramente: "Estoy emocionada"

El día antes, el viernes, habíamos recibido el apretón de manos virtual del Cardenal de Sevilla, lo que quitaba cualquier argumento del miedo a los carcas. Este pronunciamiento transcendental se debió a una gestión de Andrés de la Portilla, que colaboraba con nosotras desde el principio en muchas otras cosas (pero no hasta el final) Es verdad que, veinticuatro horas después, el Cardenal, sufriendo presiones del resto de la Conferencia Episcopal, tuvo que decir "donde dije digo, digo... digo", porque se afianzó en lo mismo, de lo que sabe perfectamente por sus estudios como psicólogo. Pero esto significaba que comenzábamos a no estar solos, a contar con apoyos en las partes más dispares y hasta inesperadas de la sociedad. Nuestro esfuerzo mediático comenzaba a dar frutos y otra pieza venía a ajustarse con las demás.

Terminamos la anterreunión, y nos fuimos con calma para la calle Ferraz. Un momento después, estábamos con Pedro Zerolo y otros miembros de su secretaría y del grupo GLBT del que forma parte Carla. Allí estaban Miguel Ángel Fernández, Mariano Moreno, María José Hernández y la diputada Carmen Montón. También estaban Boti García y Beatriz Gimeno, de la FELGT y Carla, pero entre nosotros, en las filas de las organizaciones asistentes, no en la presidencia, como le correspondía.

Nos saludamos uno tras otro, ceremonialmente, nos besamos, y empezó la reunión. Pedro empezó a hablar tranquilamente, muy pausadamente, con su melodioso acento canario, aunque demasiado políticamente correcto (todo "as" y todo "os")

No nos cansó. Expuso, primero, los logros de su Secretaría en favor de los transexuales que, verdaderamente, ya van siendo algunos. Luego, explicó las líneas generales de la ley, y ahí comprendimos que eran necesarias más explicaciones sobre la Ley que pretendemos. Luego, nos dijo que habría un anuncio "inminente" de la ley, para antes del 30 de junio de 2006 y presentada con garantías políticas.

Pedro Zerolo quería que hubiese acuerdo, pero sabíamos que era necesario todavía aclarar mucho y poner en claro en primer lugar lo que queríamos aclarar. Pensé que era muy preciso pedir un tiempo muerto, como en los partidos de baloncesto, para hablarlo entre nosotros y las caras hicieron evidente que compartían ese pensamiento. Pedro, cortésmente, accedió a salir junto con los integrantes de su Secretaría y nos dejó solos.

Pusimos a Josefina Pérez como moderadora y lo hablamos. Volvimos a hablarlo tranquilamente, aunque preocupados, pero con perfecto orden, tal era nuestro acuerdo de fondo, la verdadera fuerza que llevábamos a la reunión. Hicimos hasta tres rondas de intervenciones. Al final de las tres, presentamos nuestras posiciones casi unánimemente, salvo alguna abstención, es decir: no hubo ni un voto en contra. Esa era, materializada. la fortaleza del movimiento trans.

Pedro Zerolo recogió nuestras posiciones. Se había ofrecido a gestionarlas, desde ahora, personalmente. Tampoco nosotros queríamos intermediarios. Nos ofrecimos a hacerle llegar nuestras posiciones, el miércoles a las nueve de la mañana. El viernes habría una reunión, en la que Rebeca Rullán sería nuestra portavoz, con quien quisiera acudir con ella, para comenzar a negociar con Pedro el contenido de la ley inminente. Yo (empezaré con el burro por delante, para que quede claro que fue decisión mía y nadie tuvo que empujarme) y Carla, anunciamos que no renunciábamos a la huelga hasta ver todo eso encarrilado.

Era cuestión de esperar a esta semana. El miércoles 10, en las Cortes Generales, todo entre maderas preciosas que reflejaban las luces y adornos dorados que brillaban todavía más, la diputada Carmen Montón, del PSOE, hizo una pregunta al Ministro de Justicia, que respondió diciendo, básicamente, que: reasignación legal sin cirugía; que sería un procedimiento administrativo; y que antes del 30 de junio. Luego la diputada Rosa María Bonás, de ERC, subió a la tribuna de oradores para hacer una solemne interpelación; habló con preparación y con serena emoción, y preguntó sobre todo por la sanidad. El ministro contestó exponiendo la situación en las diversas autonomías en que la prestación está en curso (Andalucía y Extremadura) o en estudio (Aragón, Asturias, Cataluña), lo que sugería que lo dejaba a la responsabilidad autonómica, pero se reafirmó en los puntos de la futura Ley de Identidad de Género.

De todo quedó constancia nada menos que en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados.

Yo lo estuve viendo por el Canal Parlamentario, todo el tiempo de pie, en señal de respeto a todos los que estaban reconociendo nuestra dignidad y también el respeto hacia los y las transexuales.

A continuación, desistimos de la huelga

jueves, 11 de mayo de 2006

Entrevista telefónica a Presidenta de Transexualidad-Euskadi, en la emisora de Radio Onda Vasca



Entrevista telefónica a Andrea Muñiz, Presidenta de Transexualidad-Euskadi, en la Radio Onda Vasca en el programa “Toma Nota” de Begoña Beristain, después de la intervención favorable al adelanto por parte del Gobierno, anunciado por el Ministro de Justicia López Aguilar en el Pleno Parlamentario.

Solo Audio-.
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Seguramente puedes escuchar la entrevista entrecortada, si te ocurre eso, deja que se cargue todo la entrevista entrecortada, y cuando finalice, le das a play de nuevo, y de esta manera la escucharas entera.



COMUNICADO DE CESE DE HUELGA DE HAMBRE POR ANDREA MUÑIZ, PRESIDENTA DE TRANSEXUALIDAD-EUSKADI





Como Presidenta de Transexualidad-Euskadi declaro el cese “ipso-facto” de la huelga de hambre que anuncié, a título personal, para el 15 de mayo de 2006.

El Partido Socialista Obrero Español, ha demostrado una vez más que se encuentra muy sensibilizado con las reivindicaciones del movimiento transexual, que ha mostrado también su fuerte unión.

Durante dos años, hemos mantenido fundadas esperanzas de que la Ley de Identidad de Género se iba a cumplir, y consideramos que
así lo anunció definitiva y solemnemente el pasado día 10 de Mayo de 2006 en el Pleno del Congreso de los Diputados, el Ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, con una exposición en la que se contenía un firme compromiso y se demostraba un claro conocimiento de la marginación y la exclusión de las personas transexuales.

Uno de los principales propósitos de la Ley de Identidad de Género es facilitar nuestro acceso al trabajo mediante una documentación adecuada, puesto que hoy existen gravísimas dificultades para conseguirlo y nuestra situación actual es sentirnos indocumentadas siendo del propio país al que pertenecemos.

Así mismo, deseamos expresar nuestro reconocimiento al Partido Socialista Obrero Español, y nuestra gratitud a todos los que nos han ofrecido sus múltiples expresiones de solidaridad, tanto en España como en el extranjero, en apoyo al movimiento transexual unido, a Carla Antonelli, Gina Serra, Kim Pérez y a mi misma persona.

San Sebastián, 11 de Mayo de 2006


Andrea Muñiz Celestino
Presidenta de TRANSEXUALIDAD-EUSKADI
(Asociación de Transexuales de Euskadi)

Justicia garantizo en Pleno Congreso Diputados que Ley Transexual se iniciará antes 30 junio


(Agencias)-.
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El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, garantizó ayer que, antes del 30 de junio, presentará la reforma de la ley reguladora del Registro Civil para permitir a las personas transexuales modificar su nombre y su sexo registral, con el fin de adaptarlos a su verdadera identidad sexual.

EFE-.
En el pleno del Congreso y en respuesta a una pregunta de la diputada socialista Carmen Montón, López Aguilar explicó que la reforma será 'escueta' y establecerá los requisitos para poder cambiar el nombre y el sexo en la documentación, como la exigencia de un diagnóstico facultativo y un determinado periodo de tratamiento médico, pero no que se haya completado quirúrgicamente el cambio de sexo.

El titular de Justicia dio así satisfacción a las demandas de los colectivos transexuales, que habían criticado el retraso del Gobierno a la hora de aprobar esa ley y que incluso habían anunciado una huelga de hambre.

Tras reconocer el 'dolor y el sufrimiento' que padecen las personas transexuales, destacó las numerosas recomendaciones internacionales y sentencias en favor de ese cambio legislativo, adoptado ya por países como Francia, Alemania, el Reino Unido, Holanda e incluso Turquía.

La diputada Carmen Montón destacó ante el pleno la marginación, la exclusión y la discriminación que sufren las personas transexuales por no contar con una documentación adecuada a su sexo psicosocial y aseguró que la reforma del Registro Civil es 'una cuestión de justicia y de dignidad'.

Montón, tras recordar que se trata de un compromiso incluido en el programa electoral con el que el PSOE ganó las elecciones, se mostró convencida de que la reforma va mas allá de la conquista de derechos civiles, ya que se trata de 'derechos humanos'.

López Aguilar anuncia que el Gobierno impulsará la Ley de Identidad antes del 30 de junio

La norma permitirá a los transexuales adaptar el nombre y el sexo de sus documentos a su “identidad sentida”

Europa Press-.
El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, ha anunciado ayer tarde en el pleno del Congreso de los Diputados que el Gobierno impulsará la Ley de Identidad para personas transexuales antes de que finalice el actual periodo de sesiones, el próximo 30 de junio. El ministro ha recordado que la norma consistirá en una reforma "escueta y precisa" de la Ley de Registro Civil que permitirá a las personas transexuales adecuar el nombre y el sexo de sus documentos (como el DNI) para adaptarlo a su "identidad verdaderamente sentida".

Para ello, se establecerán una serie de requisitos: contar con un diagnóstico facultativo y llevar en tratamiento de la transexualidad durante un determinado tiempo (según fuentes conocedoras del borrador del Gobierno, en torno al año y medio).

Sin embargo, el ministro ha subrayado que no se exigirá que se haya completado el cambio de sexo mediante cirugía. Para López Aguilar esta última circunstancia supone "una liberación con respecto a un proceso que sin duda alguna comporta dolor y sufrimiento, además de costes de otra naturaleza".

Marco europeo

El titular de Justicia ha asegurado que España es "una sociedad avanzada", que cuenta con un "Gobierno comprometido con los derechos de las personas" y con el objetivo de "remover las barreras" de la desigualdad. Además, ha apuntado que la futura norma se sitúa en el marco europeo (Francia, Alemania, Reino Unido y Holanda ya han regulado esta cuestión) y da respuesta a las recomendaciones del Consejo de Europa del parlamento y del Tribunal de Luxemburgo.

Por su parte, la diputada socialista Carmen Montón (que ya fue ponente el año pasado de la Ley que posibilitó el matrimonio entre personas del mismo sexo) ha señalado que los transexuales suponen "una minoría poco comprendida, que padece marginación y exclusión social por no tener documentos adecuados a su sexo psicosocial".

Para esta diputada -que ha registrado el el Congreso una proposición no de Ley por la que insta al Gobierno a llevar a cabo esta regulación- la futura norma "es una cuestión de justicia y dignidad para cientos de ciudadanos que actualmente no pueden desarrollarse como personas de pleno derecho".

El proyecto de ley de identidad sexual se tramitará antes del verano

Dará solución a los cambios registrales relativos a sexo y nombre de las personas transexuales

Colpisa-.
El proyecto de ley que regulará la identidad sexual comenzará su tramitación antes del próximo 30 de junio, dentro del presente periodo de sesiones. Así lo ha anunciado ayer el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, en el pleno del Congreso. El proyecto mencionado contemplará cambios registrales relativos a sexo y nombre, con el objetivo de dar solución a los problemas a los que se enfrentan las personas transexuales.

La nueva normativa desarrollará el derecho a la identidad sexual y delimitará tanto las facultades como los deberes y los presupuestos para su ejercicio. "Esta propuesta atiende al compromiso del Gobierno de buscar una solución al reconocimiento jurídico de la identidad sexual de las personas transexuales ", según un comunicado difundido por el Ministerio de Justicia.

La nueva legislación establecerá garantías para el cambio registral de sexo. Por ejemplo, que durante un determinado periodo de tiempo haya sido diagnosticado y tratado como persona transexual y que, tras el oportuno tratamiento facultativo, haya logrado una apariencia externa lo más próxima al sexo reclamado. Esto no implica que sea exigible que se haya completado un tratamiento médico, consistente en la cirugía transexual genital primaria.

La reforma legislativa incumbirá principalmente a la ley del Registro Civil, ya que para el adecuado ejercicio del derecho a la identidad sexual es preciso modificar el asiento de inscripción de nacimiento, donde se contienen mención expresa tanto del sexo como del nombre.

Carla Antonelli celebra anuncio Justicia y retira huelga hambre

La coordinadora del área transexual del Grupo de Gays y Lesbianas del PSOE, Carla Antonelli, celebró hoy el anunció efectuado en el Congreso por el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, de presentar, antes del 30 de junio, la Ley de Identidad Sexual, y señaló que retira la huelga de hambre.

EFE-.
El pasado 26 de abril, Carla Antonelli anunció su intención de iniciar una huelga de hambre a partir del 15 de mayo, en protesta porque el Gobierno ha incumplido los sucesivos plazos anunciados para sacar adelante la Ley de Identidad Sexual.

'La huelga que había anunciado -dijo Antonelli a Efe- queda desconvocada, como es lógico y de sentido común; el anuncio del ministro es una gran noticia'.

La coordinadora socialista dijo que su protesta y el resultado obtenido 'no debe presentarse en clave de vencedores y vencidos; no es un pulso al Gobierno'.

En su opinión, con este asunto, 'hemos ganado todos, el Gobierno, que demuestra estar con los colectivos sociales más excluidos, y los transexuales, porque se iniciará la tramitación parlamentaria que permitirá un derecho fundamental sobre nuestra identidad'.

Carla Antonelli subrayó que igual que tuvo 'coraje para anunciar una huelga de hambre', hoy tiene 'la valentía de pedir disculpas a quienes se han sentido ofendidos' por su acción, 'que no era para molestar, sino en defensa de un derecho fundamental' y dijo que espera 'que esta acción sea entendida como justa y necesaria, con el paso del tiempo'.

Ley de Identidad de Genero Canal Cuatro Programa Chanel Nº4


Participación Carla Antonelli y Jorge Martín.
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